La alta temperatura a la que nos exponemos dentro de un temazcal propicia que el cuerpo sude, la humedad no permite que el sudor se evapore, por lo que el sistema de autorregulación del cuerpo (sistema simpático y parasimpático) responde, (homeostasis) se acelera la circulación y sudamos aún más, eliminando al máximo las toxinas.
Además, depura las vías respiratorias, el aparato digestivo, tonifica el sistema nervioso y circulatorio, ayuda en problemas óseos, musculares y gineco-obstétricos.
Es un excelente equilibrante de las emociones, nos transporta a un estado de paz y tranquilidad interior aquietando la mente.
La presencia elevada de iones negativos ejerce reacciones en el cuerpo propiciando que el aura (patrón bio-estructurante electromagnético) se expanda, manifestándose radiante en todas las funciones del cuerpo incluyendo las del cerebro. El aura es quien dirigió la construcción del cuerpo en que vivimos y quien lo mantiene funcionando, la práctica de la terapia del temazcal permite y propicia que esta inteligencia áurica regenere el cuerpo.